EL BENEFICIO DE LA DUDA Y EL MAL

EL BENEFICIO DE LA DUDA Y EL MAL

EL BENEFICIO DE LA DUDA Y EL MAL


"La paz comienza cuando dejamos de querer tener la razón". Carlos Fraga, La vida es hoy. Televen.



Decía quien introdujo a Harry Haller (El lobo estepario, obra de Hermann Hess):"Harry nunca buscaba tener la razón. Nunca disputaba la verdad. No hacía discusiones por imponerse. Muy propio esto de las verdaderas personas espirituales". ¡Claro! -pudiera decir alguien- Harry Haller sólo es un personaje de ficción. Y es cierto. Mas la pista emanada de su conducta, aparte de bosquejar lo posible en una espiritualidad mayor, también nos ofrece un modelo de actitud y comportamiento, aplicable en las ordinariedades de una ""vida real", signada por violentaciones al ego, generalmente endeble, de las personas insertas y determinadas en sus proyecciones particulares dentro de esa"vida real".

El ego se debilita (o no se fortalece) cuando se hace excesivo, cuando sobrepasa la línea de los procederes conductuales dialógicos, que por sus alcances comunicacionales, permiten el aumento cualitativo de la naturaleza cambiante y transformable del ser humano. 
"...el opuesto del ego excesivo es la humildad". (David Marcum-Steven Smith: Egonomic). Sin embargo, debido a las exigencias de las competitividades personales y profesionales de individuos inducidos prácticamente a imponerse ante los otros, la humildad muta en obstáculo en la consecusión de esa finalidad. Al no valorizarse como recurso ontológico, la humildad pasa al terreno de las cosas que hay que deslastrarse, si no queremos que nos tomen por material humano frágil y susceptible a permearse ante la avalancha egológica de los que compiten por imponerse.

Siendo así el asunto en el paraíso infernal de la competitividad, los seres humanos, por el rigor de la lógica que se incrusta en la mitad de las interrelaciones, actuarán, o propenderán a actuar, a la defensiva. Se pertrecharán con los escudos contrarios a la mal vista humildad, e indefectiblemente lo que era una necesaria defensiva, resguardo y apoyo en un inicio, según se arrecie la competitividad con los demás, emerge la desconfianza, factor radical incompatible con el principio de lo que se conoce como el beneficio de la duda. 

Como principio, el beneficio de la duda puede ubicarse en los parámetros rígidos de los sistemas judiciales, los cuales manejan la "duda razonable" para emitir fallos en sus sentencias condenatorias, sosteniéndose en la idea del derecho romano expresada en estos términos: " *In* *dubio* *pro* *reo* "(en caso de duda se favorece al imputado, al reo). O sea, que cuando estamos hablando de beneficio de la duda, es la duda razonable con la que debemos beneficiar a aquel a quien le recae una carga, una acusación.

Llevando a una visión amplia el principio, se hace muy útil en las prácticas sociales si sabemos aplicarlo, puesto que nos permite no irnos de bruces con nuestra opinión acusadora, ante la primera impresión de un alguien o de un hecho. 

Si los colectivos humanos extremados en sus posiciones políticas e ideológicas, hubieran recibido en sus hogares, en sus centros educativos, en sus espacios sociabilizadores inmediatos, el valor del beneficio de la duda, de aprender a dudar un poco o mucho, de sí mismo, de desconfiar de las opiniones apriorísticas, generadas sobre todo por prejuicios y lugares comunes acomodaticios, otras bastante distintas, serían sus actitudes y desenvolturas para con los que irreflexivamente atacan.



Con lo hasta ahora dicho, el Mal ha sido referido indirectamente en el entendido de haber tocado privaciones determinadas del Ser sometido a la opción de extremarse. Refirámoslo en directo, sin la pretensión, confieso, de hacerles un tratado. Ni quiero ni puedo.


No importa el vocablo utilizado en nombrarlo (espíritu maligno, neoliberalismo salvaje, fascismo, nacionalsocialismo, terrorismo, autoritarismo de Estado, socialcomunismo...), lo importante pasa por la perspicacia de identificarlo en su transparencia. Transparencia significa en este caso, que aunque lo pongamos en escena el Mal, no nos permite visualizarlo, pues sólo veremos, como todo lo que es transparente (ejemplos: el cristal de los anteojos, el parabrisas del auto, los vidrios de los ventanales...), lo que lo transparente nos permite ver (sugiero leer La transparencia del mal de Jean Baudrillard).


Hay Mal, sospecharemos de su presencia, en tanto haya alguien (un líder, un partido) que desde el discurso incite, por un lado, a radicalizar a sus receptores. Por otro lado, que desde ese mismo discurso radicalizador (de la ideología, de las acciones, de las políticas) estimule a sus receptores a ubicar lo malo, o el extremo mal, en aquellos que no estén de acuerdo con la propuesta que en el discurso se haga. En otras palabras, estaremos frente al Mal en la medida y en el grado en que se nos llame a hacer un bien combatiendo (y exterminando) a un contrario donde residen cantidades muy grandes de algo malo, de algo que debe desaparecer de la superficie y del horizonte.


Baudrillard en el libro sugerido, aporta: "El Bien consiste en una dialéctica del Bien y el Mal. El Mal consiste en la negación de esa dialéctica... Mientras que el Bien supone la complicidad dialéctica del mal, el Mal se basa en sí mismo...".



O sea, que el Mal es una unilateralidad en perspectiva. Una suerte de semi-tapadera visual impedidora de que se perciba que está más allá de lo que está cerquita. Entre tanto, la gente opuesta a esa forma excluyente de asumir las cosas, por la absolutidad de un planteamiento, le toca, no tiene otra, asumir principios ampliadores y expansivos de la naturaleza humana mejorable. Y dentro de esos principios, se localiza el beneficio de la duda, que como ya fue asomado, permite la suposición de que es posible que seamos nosotros los equivocados. De que probablemente sea la otra persona la que esté en lo cierto. De esa manera, y sólo de esa manera, nos estaremos dando la oportunidad de aceptarnos en la honestidad de que estamos viviendo en un proceso evolutivo irreversible.

Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET 

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