LA EXCUSA ACTIVA

       

LA EXCUSA ACTIVA

"La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas".
WILLIAM SOMERSET MAUGHAM
 (Escritor británico, 1874-1965).


El ser humano, o los hombres se incorporan al reino humano, debido a la energética de la excusa.

Cuando la persona halla la excusa apropiada, se sujeta de ella para justificarse. Y sujetada a su excusa, la persona puede ser capaz de matar o morir por ella. Se hace sumamente complicadísimo lograr que alguien se suelte de su excusa una vez que se encadena a ella.

Hay, lógicamente, excusas falsas como el caso de Eva la consorte de Adán que se atrevió, pretendiendo conseguir ser excusada, a mentirle a quien todo lo sabe porque Él ES todo lo que ES, con el achaque ingenuo de que una serpiente le había hablado en perfecto idioma paradisíaco, convenciéndola a que desobedeciera la orden dada por EL QUE ES. Esa suerte de excusa a la larga hacen poco daño debido a que por ser falsas, el que la usó, la va olvidando por encontrar nuevas excusas con que se convencen de no haber cometido error alguno.

El caso de Eva y Adán sigue siendo el caso típico de lo poco que se consigue con las excusas falsas. La vida de ellos con toda su descendencia, fue una vida de mentiras-excusas o excusas-mentiras, las cuales nunca pudieron superar. Esa gente vivió y murió en la excusa, sin que nadie a la larga los pudiera excusar.

Ahora las excusas más horrendas -horrendas por el daño que le generan al feliz poseedor de la excusa- están localizadas en el rubro de "excusas verdaderas". Valga decir, esas excusas no provenientes de mentiras, sino que por estar ahí, situadas en la "dimensión desconocida" de la realidad, sirven (o le sirven a alguien) para que alguien, aparte de disculpársele, se le entienda y (hasta) se le comprenda.

Me explico. Si un joven pobre no cursa estudios técnicos o universitarios porque su realidad socioeconómica de pobre se lo impiden, la pobreza real que padece permite que la gente que lo conoce le acepte y se explique a la vez, la causa que lo priva de estudiar. Pero la excusa no se queda afuera de ese joven pobre. La energía excusadora de la pobreza se le introduce en la esencia del alma, al grado tal de que no solo le será útil para justificarse para no cursar estudios. También le será de (gran) apoyo para no procurar alcanzar algún objetivo en otras áreas de la existencia.

Concluyendo, los seres hombres (en ambas versiones: femenina y masculina) vienen a este mundo, bien para cumplir el destino que las excusas le permitan, bien para vencer ese destino. No está demás decir que este reto no se queda en los límites de las personas, también le toca frentear el reto a cada país de este planeta.

Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET

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