GUÍA AFANADA PARA DESPANTALLEARSE
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GUÍA AFANADA PARA DESPANTALLEARSE
Eventualmente, algún pantallero ordinario decidirá meterse en la política arrastrando su precondición pantallera... Contará su versión de las cosas -y se inclinará a imponerla como una verdad".
NTA (Noticias Todos Ahora), 11.02.21
A
Cualquiera puede extraerle beneficios al amplio nicho de la post-verdad, mas los voceros insertos en la práctica partidista-proselitista son los llamados a lograr máximos provechos del fenómeno, pues si obtienen éxito en instalarle al conglomerado social sus particulares criteriologías y sus particulares opináticas, la opción de conseguir el Poder o retenerlo, en gran proporción, estará garantizada.
Montados en esa cresta, cuando los representantes de los partidos con opción al Poder - opción para conseguirlo u opción para mantenerse en él, repito- se refieren a sus adversarios, lo hacen de tal manera que le hacen ver a quienes cándidamente los oyen (o los leen), que esos adversarios, en el carácter de seres, están tan bajos en la escala humana, que el piso, inclusive, les quedaría muy por arriba si intentaran ascender.
De ordinario, la vía expedita que usa el opinador para exaltar la opinión y el criterio que defiende, a la par que se exalta (se glorifica) como persona, se la proveé el marco religioso (en países modo Venezuela sería el catolicismo), ya que ese marco, como doctrina encriptada en el inconsciente de las gentes, le facilita la visión del Bien y del Mal, que el opinador requiere para situarse él y los suyos en el lado del Bien, correspondiéndola los adversarios, dentro de la opinión que manipula, el papel de representantes del Mal -y todo lo incluido en el Mal: Satanás, pecado, vicios, crueldades, etc.-.
Enseguida citaré algunos ejemplos (pudiendo ser tomados en calidad de guías) en los cuales, los expositores citados, colocados en la dialéctica del Bien y el Mal -valga agregar que el Mal carece de ese tipo de dialéctica porque sus servidores se auto-convencen que sólo actúan desde el Bien- no persiguen la idea de ser tomados como "buenos", y mucho menos pantallear ante el Otro que ellos encarnan lo correcto de la vida o la bondad de este mundo.
B
Le daré preponderancia con los ejemplos a la fuente judeo-cristiana contenida en la Biblia, porque es de ahí que se adornan los pantalleros, luciendo que son personas justas, temeroso del "gran poder divino". Que hablan (o escriben), desde la corrección ética, matizando su relatología estrictamente proselitista, con expresiones de alta tintura espiritual. O sea, el solicitante de votos, el disputador de la razón, el aplastador moral de los contrarios, para no despertar sospechas, o mejor, para diluir presuntas sospechas de que es un humano ruin, escoge del vocabulario común expresiones connotantes de que se apoya en Dios ("en Dios y la virgen"), en la voluntad divina (diciendo "Dios mediante" o expresiones similares como "lo dejo en las manos de Dios"), para sostener religiosamente lo expuesto. En ese orden, es harto conocido la imagen que presentan los proselitistas de que el mundo se encuentra escindido en dos ejes: "el eje del mal" y "el del bien".
Con los ejemplos traídos se podrá notar que las figuras emblemáticas de la Biblia bajo ningún respecto se ensalzan a sí mismos o se dejan engatusar por la adulación de los demás, cosas que sí hacen los estrategas de la persuasión ideológico-proselitista. Veamos.
C
El propio Dios bíblico acepta su equívoco al devastar o aniquilar al mundo existente mediante un diluvio. Su arrepentimiento (acción no vista en los altos jerarcas de los partidos, ni en el gobierno ni en la oposición) se hace evidente en el libro del Génesis 8:21:
"...dijo Jehová en su corazón: No tornaré más a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud (en alguna Biblia se anota "Desde su infancia"); ni volveré más a destruir todo viviente como he hecho".
Luego en la misma Biblia se menciona "el fin del mundo" por los profetas, entre otros, Joel y Amós, como también por El Maestro Jesús, pero este "fin de mundo" anunciado resulta muy parecido al "fin de mundo" previsto por las ciencias astronómicas, las cuales ofrecen un escenario donde el sol se apagará y las estructuras del universo se tambalearán (vea su Biblia, si la tiene, en San Marcos 13:24-25).
La no jactancia máxima del Dios bíblico la encontramos en Éxodo 3:13-14-15. Él le gira instrucciones a Moisés para que éste hable con los judíos de Egipto y les anuncie la inminente salida de allí. Cuando Moisés le participa al Dios bíblico la pregunta obligada que le hará el pueblo judío sobre quién lo mando, el Dios bíblico no le responde Anuncia que es Dios quien te manda. No, en absoluto. Únicamente le responde lo obvio en la humildad. Dice: Dile que "YO SOY EL QUE SOY"... Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos".
Me pregunto yo para mí "¿Si EL QUE ES carece de nombre, voy yo, el que no es, a tenerlo? Sería prudente suponer que en LO INVISIBLE no tenemos nombre, ya que el nombre, en última instancia, constituye parte de nuestras habituales bagatelas.
Otro ejemplo se sitúa en el evangelio de San Marcos 10:17-18. Acá en este ejemplo se nos regala la clara idea acerca de quién es bueno y quién no lo es. Léalo en directo:
"...vino uno corriendo e hincando la rodilla delante de él (de Jesús), le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna?
Y Jesús le dijo: ¿por qué me dices bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios.
Con esto quedamos enterados. Aquella gente que se siente buena y que además cree que sólo hay que andar con los buenos porque los buenos son más, debemos en la obligación ética de colocar esa gente en el reino del pantallear por el rigor del engreimiento en que están. Por último, en este patrón de búsqueda de anunciados exentos en algún grado significativo del pantalleo vanidoso, me topé con una advertencia que le hace el filósofo Friedrich Nietzsche a los lectores de su pequeña obra (pequeña en extensión) El Anticristo, relativo a lo que es él mismo. Escribió el filósofo:
"La humanidad toda, sin exceptuar los mejores espíritus de los mejores tiempos (excepción hecha de uno, que tal vez no sea más que un monstruo), ha sido víctima del engaño". Nietzsche toca el engaño de todos con el Evangelio. El se excluye de ese engaño, sin dejar de recalcar que él tal vez sea un monstruo. Eso obedece a determinada honestidad de aquellos que no buscan competir en pos de ostentar la razón y la verdad con nadie.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET