EL EQUIVALENTE FUNCIONAL

EL EQUIVALENTE FUNCIONAL

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EL EQUIVALENTE FUNCIONAL

"El equivalente de intercambio: 
te daré la mitad de mi vida si tú me das la mitad de la tuya".
 EXTRAÍDO DE RR.SS.

La noción resolutiva que podamos elaborar de equivalencia no debiera provenir exclusivamente de las disciplinas cuantitativas, pues en su condición de referente, pudiera la equivalencia derivarse de medidas numéricas y de apreciaciones cualitativas. Sería útil asumir que ambas fuentes, lo cuantitativo y lo cualitativo, en una integración singular, permitirían una elaboracion de la noción de equivalencia mucho más operativa para sus debidas aplicaciones prácticas. O sea, la equivalencia nocionalmente bien elaborada estaría contribuyendo para que las personas en las situaciones en que les toque tomar decisiones, éstas no sean como lo dijo el personaje "el francés" de Matrix 2, "...esas decisiones definitivas que la gente toma sin saber". Una gran porción de la ignorancia acerca de lo que decidimos, sea beneficioso agregar, proviene en un alto grado por el desconocimiento, a veces absoluto, del principio de la equivalencia.

Enseguida le suministro ideas al respecto.

I

Alguien, un padre, logra que su único hijo (31 años cumplidos) desista del suicidio. El hijo lo llamó por teléfono para que fuera al apartamento donde aún vive, solo para que presenciara su muerte. El padre aun no creyéndole atendió la invitación. Cuando llegó al piso del apartamento se consiguió con la puerta abierta y la reja protectora con el cilindro de seguridad pasado. Así, no pudiendo entrar sí podía presenciar la muerte del hijo. Éste estaba sentado en el sofá con un arma de fuego cuya mitad del cañón lo tenía metido en la boca. El padre es de esa gente de sangre fría, y en vez de gritarle que no se disparara, tomó en cuenta que su descendiente es de profesión administrador para recordarle que su vida no valía una bala. El pro-suicida se sacó el cañón del arma de la boca y le pidió que no lo ofendiera, que ya con las ofensas existenciales le bastaba (todas sus parejas terminaban corriéndolo, sus tres hijas no lo querían y jamás le hablaban...). El padre le dijo que no lo tomara como una ofensa, sino que al meterse una bala en el cerebro, esa bala en la ecuación representaba la equivalencia de su vida, y su vida en valoración económica estaba por encima del valor real de la bala. El razonamiento ensayado por el progenitor hizo efecto. Con un poco de tranquilidad dejó el arma encima del cojín del sofá y se fue abrir la reja protectora y el papá pudo entrar.

Cuántas personas no han perdido la vida en un asalto nada más por no manejar el concepto de equivalencia. Por no manejarlo se niegan a entregarle al asaltante el móvil, la cartera o el anillo de graduación.

En ese orden de conocimiento hay caballeros que le solicitan el pago del 50% de los gastos a sus parejas en la planificación de un fin de semana largo o unas vacaciones.

Sé de un amigo que le dijo a su novia que él cubriría el 75% de los consumos y ella el resto en una salida de cinco días por los páramos de Mérida. 75% porque gozaba de mejores ingresos que la dama. Mas la dama no sólo se ofendió. También le adujo que ella ponía el cuerpo y que con eso compensaba no aportar dinero. El amigo le arguyó que ella no podía colocar el valor del cuerpo de ella más alto que el valor del cuerpo de él. Que se sometiera en ese aspecto a las leyes de la equivalencia. Desde luego, hasta ahí llegó el noviazgo.

II

La equivalencia, el equivalor, la proporcionalidad en igualdad de condiciones, huelga decir, constituye una lógica, una racionalización inherente a toda búsqueda de equilibrio funcional, en la que las partes o la unidades concurrentes de una relación, les corresponde tomar en consideración, tanto para evaluar las otras partes o unidades, como para evaluarse a sí mismas. Dicho de este modo, el Principio de equilibrio dentro de cometidos sociales de largo aliento, no podrá emerger de espontaneidades ni tampoco de posturas inmediatistas. Antes por el contrario, el dar (o recibir) una contraprestación equilibrada, se hace indispensable la intervención de la educación y la cultura, estructuralmente insertadas en el componente humano. Es decir, sin cultura de contraprestación, sin estar educados para someterse al rigor de la equivalencia, muy difícilmente, o muy imposiblemente, los seres humanos podrán ostentar logros exitosos, si los tratos y los acuerdos están reducidos preponderantemente a la contraparte de las reciprocidades mezquinas.

Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET

DA RISA PERO SIN GANAS DE REÍRSE (XI)

DA RISA PERO SIN GANAS DE REÍRSE (XI)

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DA RISA PERO SIN GANAS DE REÍRSE (XI)

Lo que me gusta de ti -dijo- 
es la seriedad con la que inventas disparates.
 GABRIEL GARCÍA M., 
NOBEL DE LITERATURA.

● A un amigo le llegó por alguna red social una composición fotográfica, en la que estaban tres representantes del deslumbrante mundanal político venezolano. Estaban el presidente N. Maduro, el presidente de la A.N. J. RODRÍGUEZ y el primer vicepresidente del PSUV, el diputado D. Cabello. Las caras de cada uno de ellos fue manipulada para que parecieran a Moe, Larry y Curly, de la saga de "Los tres chiflados". Incluso la leyenda al pie de la composición fotográfica se escribió LOS TRES CHIFLADOS para despejar cualquier sombra de duda acerca de la composición. El amigo, quien no gusta de esos juegos fotográficos, de inmediato se fue al renglón Comentarios y escribió ¡QUÉ IRRESPETO!

Luego de leer y pensar sobre lo expresado, se percató que las dos palabras no precisaban quiénes eran los irrespetados. Si los egregios representantes del oficialismo o los insignes personajes de la saga cómica. Finalmente no envió nada.

●● Está muy difundida por las RR.SS. esta frase de Milan Kundera: Solo los animales no fueron expulsados del paraíso.

También en su momento la canción de Roberto Carlos El progreso se dejó oír ampliamente: Yo quisiera ser civilizado como los animales.

En ambos casos se enaltecen estos seres que pudieran colocarse en el rango -y de hecho hay algunos ya colocados- de Personas no-humanas.

Para cuando se constate de manera ineluctable que las personas acabaron el planeta, se habrá constatado a su vez inequívocamente, que los auténticos animales no eran esos seres civilizados como los catalogó Roberto Carlos, o esos seres que portan el paraíso dentro de ellos, como lo observó Milan Kundera, sino las personas que pretendieron simular por todos los medios al alcance (donde destaca la religión), no la animalidad sino más bien la bestialidad contenida en sus estructuras psiquico-conductuales. Comoquiera que sea, esos seres ejemplares residen en el planeta no es para subsistir porque entre otras cosas pertenecen a la eternidad de Lo real-dado. Ellos se residencian en el planeta para que el Hombre (en la doble versión de género) extraviado del destino cósmico e incluso, hasta perdido en el destino social, vea en esos seres o en alguno de ellos, rasgos con los que pueda entender su existencia. Así el asunto, habrá varones que se sientan que son unos bravos leones, unas siniestras hienas, o por el contrario, viendo el comportamiento de las lombrices y de las gallinas, aceptan una marcada semejanza con sus conductas.

No nos alejamos de la realidad cuando se le nombra tigre, gallina o rata a alguien, o cuando hay gente que dice con desparpajo Yo soy una cuaima (o un mono), sin duda no dicen ninguna exageración.

En este orden de comparaciones, cierta dama en una entrevista radial confesó que el mayor aporte recibido de la madre en el proceso formativo, fue la analogía de la realidad de ella y la realidad de las aves, analogía que pese a que se la comunicó cuando tenía 19 años, durante toda la existencia, no la olvida nunca.

La progenitora le dijo: Hija, usted tiene muchas cualidades distinguidas, pero a la par es demasiada lenta para sus cosas. Usted es como si tuviera alas de águila que sólo pueden ser movidas por la mente de pollo que usted carga en la cabeza. Imáginese la dificultad.


Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET