PASEOS EN EL REPOSO - 44

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PASEOS EN EL REPOSO - 44

La realidad constituye o está constituida, por todo lo existente. Los objetos cósmicos (galaxias, cúmulos, sistemas solares...), la población terráquea, los impulsos cerebrales, etc., son partes de ese inmenso conjunto llamado realidad. Intentar indagar sobre todo ese inmenso conjunto, aparte de revestir un emprendimiento titánico, no daría una muestra de cómo se puede desperdiciar el esfuerzo humano en bagatelas megalomaniacas.

Respecto a ese inmenso conjunto llamado realidad, José Ferrater Mora en su Diccionario de filosofía nos orienta diciéndonos: "...los filósofos […] han considerado que el problema de la realidad es un problema de índole metafísica". Dentro de la perspectiva de evitar entrar en el escabroso terreno de la(s) metafísica(s), los entes interesados por ciertas razones (científicas, académicas, militares, económicas...) parten de la premisa siguiente: para investigar la realidad hay que delimitarla. Y para ello se sirven de un conjunto menos vasto y más manejable, suministrado por las disciplinas metodológicas, denominado Lo real. Es decir, se toma en cuenta la realidad pero haciéndola accesible a las necesidades investigativas de los interesados en conocerla. Lo real en este sentido, se puede definir como "la realidad determinada".

Lo real no libra a la persona investigadora de la complejidad inherente de lo que existe. Y según se vaya la persona adentrando y escudriñando en la complejidad contenida en la realidad, ésta se irá incorporando a través del conocimiento y del pensamiento, a la realidad humana del sujeto conocedor.
Se le puede adjudicar a la realidad, en el ánimo de evitar "falsaciones" sobre lo que es, varios rasgos que la caracterizan en tanto realidad, pero aquí será tomada en consideración solo un rasgo, con el cual tocaríamos, directa o indirectamente, otra serie de rasgos. Me refiero a la concreción.
Toda realidad es tal porque es concreta. Empero, el hecho de que reconozcamos ese rasgo en la realidad, no nos conduciría a nada sino se puntualiza a qué nos referimos con ese rasgo definidor de la realidad por abordar. Veamos.
El supuesto de que algo (o alguien) será concreto de acuerdo a la opción de que se pueda percibir con los sentidos (tocarlo, olerlo, verlo...), a la par que se le pesar y cuantificar, ha quedado abolido. Algo (o alguien) entrará en la jurisdicción de lo concreto en tanto sea el resultado de "múltiples determinaciones", en tanto sea la resultante de la diversidad del "juego múltiple de las interacciones y las retroacciones", como diría el científico francés, Edgar Morin, logro que establece mediante un proceso inquisitivo, la o las persona(s) investigadora (s).
Me explico. Un joven haciendo piruetas y acrobacias bajo los semáforos de una esquina de una gran ciudad, con mucha afluencia automotora, es simplemente un abstracto, quien será percibido abstractamente por ese sinfín de conductores que se detendrán en la esquina por los semáforos. Para que el joven deje de ser un abstracto, en el abstracto de pensamiento de quienes lo ven y hasta lo rozan cuando le pasan monedas o billetes, debe determinársele, por ejemplo, si los utensilios usados como la vestimenta que viste en su acto circense son suyos o pertenecen a una empresa que se los da en alquiler. Si fuere así habría que determinar el porcentaje de ganancias para él o para la empresa. También habría que precisar las causas laborales que le impiden ingresar a un circo en forma, junto a las causas socioeconómicas que lo impulsaron a la actividad callejera. Y entre tantos aspectos por determinar, habría qué puntualizar el tipo de actividad económica que lleva a cabo dentro de los sectores de la producción habidos en el sistema económico existente. Así y sólo así, multideterminándolo, el joven circense improvisador, pasará de un abstracto de pensamiento a un concreto de pensamiento.

Siendo, pues, la realidad un concreto determinado, una unidad sostenida bajo un conjunto inestable de interdeterminaciones. Que para lograr bajar el mundo de las cosas y de los procesos que las posibilitan al "mundo de lo real", se requieren esfuerzos investigativos, cognitivos y psíquicos, se hace hasta comprensible la actitud de la generalidad de la gente, en quedarse y relacionarse en los marcos conformantes de la aparencialidad y la superficialidad. Adentro de esos cómodos marcos la vida les corre más placentera y llevable.
A todas estas surge una interrogante. Si es verdad que en cada cabeza hay un mundo, ¿habrá para cada cabeza una realidad? Eso lo dejo pendiente para mi próxima entrega. La entrega sera cortica. ¡¡Lo prometo!!

Ílmer Montana.

Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET 

PASEOS EN EL REPOSO - 43

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PASEOS EN EL REPOSO - 43

Uno de los tantos daños al ego de uno, o mejor, al ego al cual pertenecemos, cuando accedemos a alguna realidad, o a algún nivel o algún grado de realidad, consiste en que las cosas (o la cosa) que se percibía(n) bien parada(s), con el acceso tenido a la realidad, se vean al revés. Es decir, que en vez de estar de pie la cosa o las cosas, ésta o éstas, estaban de cabeza. Este trastocamiento o trastornadura del orden con que nos habituamos a ver la vida y hacer vida, sirve de rémora para que nos motivemos a ir más allá del rigor impertérrito de lo apariencial. Oscar Wilde en el prefacio de El retrato de Dorian Grey advierte al respecto: "Quien quiera ir más allá de las apariencias, lo estará haciendo bajo su propio riesgo". Aunque la gente no haya leído tal advertencia, se conduce y conduce su existencia respetando lo que hay detrás del velo que (nos) protege de la realidad. Afirmar dentro de este contexto que la realidad es una relación ahorrada, que vivimos ahorrándonos realidades, no reviste ninguna exageración.

Siendo, pues, la tendencia general humana a no interesarse por referencias reales, ya que éstas de alguna manera u otra, contienen el poder de alterar la zona confortable de las personas, esta tendencia deviene en necesidad, en casi un requerimiento, para que se establezcan los nexos sociabilizadores en pos de que opere funcionalmente la vida en común. Bajo esa luz, nadie puede pretender hacer amigos o compañeros, por ejemplo, si asume una actitud contraria a la tendencia. Alguien que exigiera "realidades", o en su defecto, las suministrara, en una relación de amigos o compañeros, siguiendo con el ejemplo, la propensión a quedarse solo sería inevitable. Oscar Wilde, arriba nombrado, en este aspecto, también hace una aclaración pertinente. Léala, por favor: "El primer deber en la vida es ser tan artificial como se pueda. Cual sea el segundo deber es algo que nadie ha descubierto hasta el momento".

El tema de la realidad se toca desde muchos ángulos. Desde la antropología Gustavo Martín, venezolano, hace este hincapié: "...no existe... una necesaria continuidad entre la existencia y la realidad. Por el contrario, generalmente ambas se oponen". Es decir, se puede existir de lo más tranquilo sin ocuparnos en nada de esa peculiaridad llamada "realidad". De que ambas entidades (existencia y realidad) no se toquen, dependerá de las actitudes particulares que un individuo personal o un colectivo individual, ponga en escena. Por su parte, la red societal (dada dentro del modelo social patógeno beneficiado de esta separación) le brinda a los seres humanos sumidos y suspendidos en el embeleso del existir sin pautas provenientes de la realidad habida, un conjunto de mecanismos de corte semiótico a la par que ideológico, para que sustituyan la vital ausencia con ellos. De los varios mecanismos circulantes, sólo tomo uno por ser el más posicionado en la mente estándar de la población, cualquiera sea el país en donde estemos. Me refiero al fenómeno nombrado "maniqueísmo". ¿Ha oído de él?

El maniqueísmo (apareció en el mundo en el siglo III de la actual era) representa la posibilidad de que asumiéndolo, miremos y tomemos las cosas circundantes así como a las personas, en calidad de opuestas entre sí. Unas son malas y las otras son buenas. De que sean buenas o malas se supedita al criterio subjetivo de quien o quienes las declaren buenas o malas. Así, obedeciendo a la dualidad, el que existe sin realidades, dividirá el mundo en parámetros simplificadores en los cuales los elementos institucionales, grupales y personales, serán colocados, unos en las coordenadas del mal y otros en las coordenadas del bien. Toda esa gente que a diario se mata, se agrede, se separa para siempre como derecha/izquierda, gobierno/oposición, capitalistas/socialistas, etc., lo hace irreflexivamente bajo los efectos letales del maniqueísmo . Y mientras no se aperciba este programa divisionista de los seres humanos en su significado y en su alcance, devastadores, la realidad seguirá ahí, tapada, oculta, sin que le haga falta a nadie.
Y a todas estas, ¿la realidad será perceptible? ¿Podrá haber explicaciones sobre ella que la hagan digerible? En la próxima entrega trataré de mostrarle que sí. Muy pendiente, ¿eh?

Ílmer Montana.

Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET 

PASEOS EN EL REPOSO - 42

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PASEOS EN EL REPOSO - 42

Para alguna gente la realidad se le deshace cada vez. Para otra gente, por el contrario, la realidad se le configura más, y cada vez se le presenta más nítida. También habrá gente no percibidora de esos detalles, y la realidad le luce siempre igual. Comoquiera, lo designado como "realidad" pertenece al espectro de referencias cuyo significado, en el marco de las opiniones simplonas, varía según la visión y alcance de quien la aprecie. O sea, en tal orden, la "realidad" será perceptuada dependiendo del conocimiento, las informaciones, la sabiduría, e incluso, del estado anímico del espectador o de los espectadores ocupados y preocupados en tomarla en cuenta. En ese mismo orden, cada quien verá (y operará sobre) la "realidad" necesaria para sí. Esto pudiera -y de hecho puede- abordarse bajo otra óptica de mucho mayor rigor precisatorio, pero sería ya con determinados intereses y preocupaciones bastante alejados de la actitud cómoda situacional descrita aquí.

La realidad devino como referencia de mercado (es decir, se convierte en valor con su oferta y su demanda) no por el boom de historietas de súperhéroes, filmes de cine-ficción y vídeos fantásticos, sino que fue cobrando importancia progresiva por los requerimientos derivados del mundillo académico, ora en ciertas carreras (científicas o humanísticas), ora en ciertas asignaturas (seminarios, metodológicas...). Era de obligatorio rigor para asignaturas sociológicas, por ejemplo, insertar en los programas curriculares unidades en las cuales los cursantes recibieran clases acerca de la concepción de la realidad de la variadas corrientes del Pensamiento científico, y paradójicamente ocurría el mismo fenómeno de las actitudes simplonas, pues cada corriente y cada seguidor de la corriente, escogía a discreción suya, una corriente y se ceñía a ella para configurar su "modelo de realidad". Así las cosas, el mercado académico de la realidad ofrecía, al gusto del consumidor de cultura e información, modelos neo-positivistas, estructuralistas, funcionalistas, deconstructivistas, marxistas, sistémicos, etc. Una vez aceptado el modelo, el investigador, el docente y el estudiante, se conferían el permiso para explicar el modelo escogido bajo la presunción de estar explicando la realidad. 
Hoy cuando el interés por enterarse qué pudiera ser la realidad, pertenece a la jurisdicción de lo ambiguo, lindante con las esferas de la oscuridad, se hace necesario conectarse con informaciones y pistas acerca de esta peculiaridad (llamada realidad), cuestión que con las informaciones y pistas dadas y recibidas podamos fabricar aproximaciones más o menos complejas de cara a salir del marasmo apático en que podamos haber caído por saber poco o muy poco, en qué consiste materialmente la realidad.
Desde luego yo no me escaparé de darle mi aporte. Eso lo dejo para la próxima entrega inmediata a esta presente. Quedo en el compromiso.

Ílmer Montana.

Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET