EL CONTROL SOCIAL Y LA POSIBILIDAD DE SUFRIR
SOLO SE PIENSA EN LA MEDIDA EN QUE NO SE LOGRA COMPRENDER.
CORINNE ENAUDEAU.
LAS PARADOJAS DE LA REPRESENTACIÓN.
LAS PARADOJAS DE LA REPRESENTACIÓN.
El Control social sobre una población nacional, se trate de cualquier país, sea desarrollado o atrasado, no se remite solo a dominarla en situaciones más o menos normales en lo económico y en lo social. Tal Control necesario -necesario para que las clases del Poder no se vean amenazadas en ese Poder- también se extiende a situaciones y coyunturas extremas (guerras, bloqueos, inflaciones estrafalarias, invasiones, etc). Esto es, que el Control en su estrategia, despliega toda una suerte de ideas, nociones y valorizaciones, con las cuales la población media pueda aceptar y justificar como conveniente alguna circunstancia escapada de lo que se tiene como "normal vida".
Bajo esta referencia, tomemos el caso venezolano y en concreto las "medidas económico-financieras de presión" ejercidas por USA contra el oficialismo chavista. En lo tocante a la población pro-oficialista esas medidas, (llamadas ideológicamente "bloqueo económico, o "bloqueo", a secas), vienen a ser como la gran prueba que la "revolución bolivariana" requería para demostrar patrióticamente al mundo su capacidad de resistencia. En esa postura y dentro de su lógica antiimperialista, las medidas foráneas en su contra, le vendrían a fortalecer la moral a los revolucionarios. Eso por el lado del pro-oficialismo. Por el lado de los opositores opera una valorativa que reduce la proclividad a sufrir por ese mismo "bloqueo". Para el opositor medio gracias a esas medidas, a esas presiones de USA él se llena de "grandes esperanzas" porque si surten el efecto que él aspira, el "régimen", dentro de su lógica anti-oficialista, caerá.
Ahora cabe preguntarse, ¿si es así, entonces quiénes son los que sufren la áspera y amarga realidad venezolana? Bueno, quienes sufren -en respuesta a la pregunta- son eses seres humanos que por ciertas y determinadas habilidades mentales, no tienen la competencia de aceptar las racionalidades (que son tomadas por ellos como "vulgares patrañas") que la gente del Poder (la que intenta obtenerlo y la que pretende retenerlo) elabora e impone por la vía mediática a unos gruesos sectores poblacionales, con los que ellos no se encuentran identificados.
De ahí, de esos seres humanos sufrientes por no aceptar las matrices ideológicas de las cópulas políticas dominantes de la escena nacional, emergen, bien los emprendedores que se atreven a retar a la anarco-economía repleta de ambigüedades, o bien emergen esas enormes cantidades de emigrantes que salen despavoridos, y sin mirar atrás, a buscar con la incertidumbre usual en estos derroteros, un destino en donde suponen Dios los está esperando.
Ílmer Montana.
Pregado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
Magíster en Gerencia UNET
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