PASEOS EN EL REPOSO - 26


PASEOS EN EL REPOSO - 26

Enseguida dispondré de un tiempito para dedicarle al valor social de la Muerte algunas ideas... Ideas ligeras dada la pesadez de tal tema:

• Es tanto su significación social que hay libros como el que escribió David Sudnow bajo la dirección de Erving Goffman, bajo el título "La organización social de la muerte". Aunque en inglés -valga agregar- su título es más llamativo: "The social organization of dying". El libro, sobre todo, se dedica a describir la organización del 'trabajo mortuorio", lo que lleva al autor a "la búsqueda de la 'matriz productora" de los acontecimientos. El autor, buscando que el libro sea de utilidad para los vivos, detalla que una cosa es la "muerte" y otra es el morir. En ese orden, el miedo de la gente no es a la muerte. El miedo más que a otra cosa es al morir(se). Quizá más adelante, y esto no lo dice Sudnow sino yo como su lector, tomando en cuenta en donde está el verdadero miedo, se abran ofertas con diversidad de precios, para que los miedosos seleccionen la forma de morir que más se adapte a su personalidad.

• Cuando se dice "Que descanse en paz" refiriéndose a un difunto, se quiere decir que de las tantas cosas de las cuales el difunto descansará, esta la del descanso más importante: el de descansar de ser la persona que fue. Esto, sin duda, no sólo tiene que ver con personas que por razones existenciales llevaron vidas muy precarias tanto en lo económico como en lo familiar, sino con esa gente especial que por razones artísticas deportivas u otros carismas, llegaron a la cumbre del éxito terráqueo y luego en la cima de lo más alto entendieron que no era eso lo que buscaban. En virtud de ese entendimiento se desanimaron tanto de todo y de sí mismos que para que sus cuerpos cumplieran con sus obligaciones fisiológicas elementales (como alimentarse, descansar, etc.), ingresaron al mercado de la farmacología, haciéndose dependientes de ella. Francis Fukoyama, gran filósofo estadounidense, publicó en el 2003 una obra que trata esa forma de permanecer vivo sobre la base de la tecnología farmacéutica. La obra se llama El fin del hombre. Consecuencias de la revolución biotecnológica. Le nombro la obra no es para que la lea ahora, pero sí para que sepa que obras así ya comenzaron a escribirse.

• Por último, e Inspirándome en lecturas teatrales de Eugenio Ionesco, como por ejemplo El rey se muere (escrita en 1962), me atrevo a decir (les) respecto a la muerte que debido a que vivimos en medio de tanta realidad, de estar en medio de tantos compromisos y de tantas obligaciones, la muerte pudiese tomarse como la única fantasía que aún nos queda.

Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET 


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