PASEOS EN EL REPOSO
Cuando se dice en el "mundo civilizado" que un país ya no es lo que era, es porque el país referido ha cambiado su órbita en el concierto de naciones. Esa órbita sólo es posible cambiarla por intermedio de la geopolítica mundial.
Por ejemplo, Venezuela en tanto se mantenga en el statu quo por la instalación de una revolución de corte izquierdo-cubana, se mantendrá execrada del sistema económico occidental, sólo contando con países que están en condiciones iguales o parecidas.
Dentro de esa perspectiva hay tres señales inequívocas que le permiten al observador de las cosas, constatar tal estado de cosas:
1) Relaciones con "estados revolucionarios" opuestos al occidente capitalista;
2) Bloqueo económico por parte de USA que la equipara a Cuba y
3) Su Jefe de estado es convertido en sujeto-agente cuya cabeza tiene precio internacional ofertada en dólares norteamericanos.
De seguro en el transcurrir de los tiempos políticos venideros aparecerán otras señales inequívocas para que los observadores de las cosas eviten la posibilidad de cualquier tendencia a caer en las comodidades del autoengaño.
Como todos los pueblos son pesimistas, periódicamente les surgen líderes que los embaucan con optimismos, con los cuales les permiten seguir su paso por la vida. Eso hace que esos líderes se hagan memorables e insustituibles en sus apariciones periódicas.
Desde incontable tiempo hay una guerra que ha sido inevitable: la guerra que cada quien libra consigo mismo. Y como es de suponer, la calidad de esa guerra depende siempre de la calidad de los auto-guerreros y de lo que se combate en ella. A veces, cuando alguien se suicida, se da el caso de que el guerrero se rinde ante sí mismo. O sea, optó por rendirse porque se vio ante sí mismo invencible... Tal vez lo era.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
Magíster en Gerencia UNET
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