PASEOS EN EL REPOSO - 10


PASEOS EN EL REPOSO - 10

Los dioses que la gente se imagina dentro de sus límites no alcanzan por imposibilidad inteligencial, la dimensión de un ser así. Como dios se lo imaginan los humanos, tendrá cosas humanas. Para los humanos dios ama, castiga, perdona, vigila y consuela. Otro humano más, pues.

Una gran porción de seres humanos son concebidos por progenitores atravesando sus existencias por profundas y escabrosas oscuridades, debido a que no comprenden el mundo ni se comprenden a sí mismos en ese mundo. Prueba de ello son los fenómenos sociales de las madres solteras y de las paternalidades irresponsables.
Es más, en el caso de que los progenitores continúen juntos por esas causas extrañas de la vida, la convivencia bajo el mismo techo en vez de colaborar para que esclarezcan en algo aceptable sus existencias, más bien la experiencia de pareja les intensifica peor la oscuridad que los nimba (los envuelve), siendo afectados inevitablemente los descendientes que de alguna forma u otra, les toca calarse las tres oscuridades que presentan los progenitores (la oscuridad de la madre + la oscuridad paterna + la oscuridad común de ambos). 
Por lo general, tales estados de oscuridades es transmitida por la vía hogareña y a su vez el descendiente o los descendientes, van generando sus particulares oscuranas. A menudo, la señal inequívoca de esta fenomenología hogareña es que los hijos producto de esas macabras uniones, acusan malas conductas por la pésima crianza infligida por semejantes padres (padres heteros o padres homos). 
En ese orden de cosas lúgubres, una vasta cantidad de hogares, esparcidos por la superficie terrenal, aloja en sus espacios interiores, oscuridades de diversa índole, que ninguna institución (gubernamental o no-gubernamental) podrá en efectividad ayudar porque la generalidad de sus representantes provienen justamente de esos míseros hogares o de esas míseras relaciones sentimentales aquí referidas.

Juzgar es nuestra creencia más antigua, nuestra más acostumbrada forma de tener-por-verdadero o un tener-por-falso. Nietzsche (en un otoño de los que vivió).

Mildreth Norman: Somos poseídos por nuestras posesiones.

Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET 


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