REYESURAS

  

REYESURAS

"Declaro esto inaugurado, sea lo que sea". 
FELIPE DE EDIMBURGO (de visita en Canadá, 1969).

A

Luego de que las burguesías de los diferentes países fue ganándole determinantemente terreno en la lucha por el Poder a los estamentos del Alto Clero y la Nobleza (Primer y Segundo Estados como se les designaba en Francia), los representantes de estos estamentos sociales, no es que iban desapareciendo de las escenas, sino que fueron siendo relegados materialmente en sus importancias decisorias dentro de la dinámica de la vida social, al punto que las burguesías triunfantes, los dejaron subsistir en el nuevo Orden de cosas bajo el rango de lo simbólico. Y si se quiere, bajo el rango del decorado.

Hoy podemos enterarnos sobre qué hacen, o qué no hacen los nobles o la realeza, sólo mediante específicos Medios especializados (prensa rosa, secciones de arte y espectáculos de los noticieros de T.V., programa de cotilleos acerca de los divos entre los que se encuentran incluidos reyes, príncipes, etc. El Alto Clero, y el Clero en general también se conformó en existir como simbolizaciones de eras históricas ya vividas.

La vida real de estos nobles y estos clérigos no se le detecta por sus simbologías particulares. La vida real les viene dada por el Capital acumulado, puesto al servicio del Orden burgués instalado, en alguna de las formas capitalistas habidas (bancaria, comercial, financiera...).

B

Lo anterior se expuso en la idea de retrotraer un poco el cómo y el porqué los nobles, vinculados orgánica y sistémicamente con los clérigos, llegaron a las condiciones de dejarse arrebatar los que más necesitan las clases privilegiadas de cualquier sociedad establecida. A saber, el Poder.

Naturalmente la causalidades provienen de diferentes esferas, pero yo destacaré en la brevedad de esta entrega, lo concerniente a la esfera estrictamente personal de la gente que accedió al Poder en la condición de Reyes en los tiempos cuando los Reyes eran todo porque todo eran los Reyes.

C

Únicamente con enterarse uno cuáles son los remoquetes con que fueron insertados las reinas y los reyes más emblemáticos de la historia, se cae en cuenta de la escasa o nula hidalguía o gallardía de esa gente montada en el cetro más alto de sus respectivos reinos.

A vuelo de pájaro cito: Alfonso El Baboso (1188-1230); Carlos VI El Insensato (1368-1422); Felipe I El Hermoso (1478-1506), marido de Juana I la Loca (1479-1555); Inés La Loba de Francia (1290-1357)... Hay más remoquetes estrafalarios pero por respetarlo a usted y a mí también, no sigo citando.

Bien es sabido que mucho de estos seres, que pareciera que un hado siniestro los hubiese escogido para burlarse de la humanidad que los adoraba, bien por conveniencia, bien porque eran iguales o peores que ellos, llegaban -y llegan- a la reyecía (dignidad de Rey) menores de edad (menos de 10 o 05 años algunos) o sobrepasados en años. A veces presentando un avanzado estado de descomposición física y en otros casos avanzados estados de descomposición espiritual. Por ejemplo Carlos II de Inglaterra (1660-1680), en vez de atender los asuntos del Reino le dejó la responsabilidad a los ministros. El se jactaba de su exclusiva prigricia con frasecillas como esta: "Soy por naturaleza más perezoso de lo que debería ser". Había gente que decodificaban en su justa dimensión insánica la frasecilla, y había unos fans que le atribuían valores divinos a sus palabras. Otro ejemplo, y cierro esta parte lastimosa, se dio con Sancho I El Grasiento, o El Craso, o El Gordo. Su contextura estrambótica, reseñan los historiadores, que en el mejor de sus momentos, registró 240 kilos.

Seguro que usted, si ve películas de ciencia-ficción como Reporte minoritarios con Tom Cruise, se puede hacer una idea de obesidad con un personaje despampanante por su mórbida gordura que funge ser un psíquico y opera desde una suerte de jacuzzi de su exclusivo uso. Eso está en la ciencia-ficción, pero que un Reino, una Corte, un conjunto poblacional, tenga así un Rey es ubicar la realidad es los más altos estratos del realismo maravilloso.

Como quiera que sea, de todos los casos leídos, el más sobresaliente resultó el caso de Carlos II El Hechizado o El Embrujado (1661-1700). Enseguida se lo relato y con Carlos II termino la entrega.

D

Hallé algunas referencias atinentes al Rey hechizado. Elegí estas.

Aunque someramente el psiquiatra venezolano Francisco Herrera Luque informa que el Rey Carlos II fue "...un ser enteco, deforme y flaco de espíritu, que sumió a España y a Europa en la desazón desde el primer momento de su nacimiento". "Desde su juventud se sospechó que el rey había sido víctima de un hechizo, tal como había sucedido con su padre Felipe IV y Felipe III". En la circunstancia de hechizado irremediable fue exorcisado, mas ya espiritualmente estaba cancelado. El exorcismo lo empeoró, inclusive.

Fíjese usted cómo está descrito en un informe elaborado por el Nuncio papal cuando contaba Carlos II 20 años, quien ya era Rey apenas con 3 añitos:

"El rey es más bien bajo que alto, feo de rostro. No puede enderezar su cuerpo sino cuando camina, a menos que se arrime a una pared o a una mesa. Su cuerpo es tan débil como su mente. De vez en cuando da señales de inteligencia... Por lo común tiene un aspecto lento, torpe e indolente. Se puede hacer con él lo que se desee, pues carece de voluntad propia".

Esa descripción la podemos procesar en el rigor de cierta, si nos vamos a lo revelado por la autopsia del organismo en el cual tuvo que habitar en vida el Rey. Lea, por favor:

"Le abrieron en canal, el cuerpo de Carlos II se asemejaba al de un fantasma. 'No tenía el cadáver ni una sola gota de sangre, el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta, los pulmones corroídos; los intestinos putrefactos y gangrenados. Un solo testículo, negro como el carbón y la cabeza llena de agua' " Esto lo escribe David Barreira para El Español en línea.

Se requieren, digo yo, muchas ganas de ponerse cara a cara con el Mal profundo, y conocerlo en esa misma profundidad. Hay historiadores, psiquiatras, criminólogos, patólogos... que sí se ocupan de estos acaeceres por cuestiones del trabajo profesional. Por mi parte me atrevo a poner al alcance del lector estas vidas de gente egregia con el interés de que se capten las razones subjetivas por las cuales una clase social privilegiada no puede hacerse cargo de los asuntos del Estado y del correspondiente control social.

El imperio romano, el imperio romano-germánico, los reinados de los siglos post-medievales, etc. se derrumbaron, sobre todo fue porque las fuerzas personales, íntimas de sus máximos representantes, quizá por influencia genética, producto de matrimonios entre los mismos familiares, quizá por el deterioro moral de nacer y desarrollarse personalmente en las máximas comodidades materiales, sin que nada cueste un esfuerzo, no tuvieron las inteligencias teóricas y prácticas para enfrentarse con Lo Real dado.

De esa gente hoy se hacen historias. Los historiadores del futuro harán relatos de las desmesuras e insolencias perpetradas hoy, no ya por reyes, príncipes de gales o princesas, sino por las mujeres y por los varones que por intermedio de la política acceden al Poder. ¡Sí es verdad, no son reyes!, pero viven como si lo fueran. Se desenvuelven en palacios de gobierno, tienen guardia de honor, tienen un avión de la presidencia, tienen ejércitos supeditados a la voluntad presidencial, tienen escoltas, secretarias, limusinas, televisoras a la disposición. Con tantos privilegios a la orden, que se carezca de "sangre azul" no hace falta para disfrutarlos.

Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET

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