LA SUMA DE LO OSCURO
"Me llaman la hija de la oscuridad, pues la luz del día me impide soñar". Letra de una canción de GLADYS DI RUGGIERO, cantautora venezolana.
Por los portales de Internet abocados al funcionamiento de la mente, a las características definitorias de los temperamentos y entre otros tópicos, las distintas maneras de ser de las personas, podemos encontrar un tópico referido a la persona considerada por los demás y a veces por sí misma, como extraña. Extraña porque no ofrece una linealidad estereotipada como clara, transparente, captable. Le estoy hablando de las personas tildadas por los portales especializados en tocar la problemática conductual, como seres oscuros. Desde luego que Lo oscuro en la visualización de estas personas o de estos seres humanos, no tiene para nada que ver con el concepto estándar tenido por "Oscuro", o sea, Oscuro como sinónimo de oscurantismo, torpeza, abstrusidad, estolidez, etc. Más bien, oscuro en este caso está vinculado a los gustos por lo tétrico, por lo nocturno, por aquello que se escurre, porque no le atrae, de lo tenido como luminoso, permitido, potable. Los seres oscuros comienzan a ser tomados en cuenta habida cuenta de que hay un mercado para ellos. Vestimenta, calzados, accesorios, música, filmes, cómics, etc., son algunos de los elementos usados por esta tipología de gente, que no es aceptada por la mayoría que vive dentro de los cánones de los convencionalismos socialmente aceptados, por no despertar sospechas de ninguna clase. Un oscuro gusta de ambientes lúgubres (lúgubres porque carecen de la presencia humana) y tratan un escaso número de gente. Por ejemplo, tengo un amigo perteneciente a ese género, que la cantidad de contactos en su móvil no excede de cinco. De esos cinco contactos hay tres para comunicarse con regularidad. A los otros dos contactos los tiene bloqueados y sólo hay comunicación cuando este ser oscuro los llama. Incluso uno de los contactos que tiene vía libre para llamarlo, lo hace sólo para preguntar por su salud. El ser oscuro está convencido de que la llamada es para saber si se está muriendo. Le participo esto porque son fenómenos conductuales nuevos, que los portales de Internet en alguna manera y medida, promocionan, al tenerlos perfilados. Si usted tiene un amigo con un hijo que arrastra siniestrismos en su existencia, o usted mismo registra gustos e inclinaciones hacia lo prohibido tenebroso, ya sabe, entonces, que ya usted o el hijo de su amigo, no están solos. Por lo menos existe una mercadotecnia y una psicología que se encargan de comprenderlos.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
Magíster en Gerencia UNET
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