PASEOS EN EL REPOSO - 47
Sí había oído de los propios afectados por la "matraca" de los funcionarios oficiales en las alcabalas y puntos estratégicos, al pasar con sus transportes con mercancías primarias (bienes agrícolas extraídos de la Madre Tierra), pero como los comentarios se hacían estaban cubiertos por el manto de la informalidad de sus ventas al aire libre de las calles, no les daba el suficiente crédito, ya que por más que estén afectados, sus comentarios no los comprometían, ni los comprometen, ante ninguna instancia de Poder. Sólo aguardaba que alguien, desde algún medio mediático, confirmara el fenómeno del "matraqueo" para yo poder hacer a través de esta Página, una observación-reflexión sobre dicho fenómeno, el cual ocurra donde ocurra y sin importar el tiempo que sea, en Venezuela o cualquiera otra entidad nacional, siempre se da obedeciendo a la misma "constante sociológica". El "alguien" que esperaba resultó ser el reconocido periodista-locutor Vladimir Villegas, quien en su programa por Globovision (el lunes 31/5/21) consumió en su responsabilidad profesional, unos minutos vitales para hacer la denuncia respectiva ante la opinión pública del fenómeno referido.
La observación-reflexión anunciada es esta:
Un funcionario representante de un gobierno que a su vez representa un Estado-nación, debería hacerse esta pregunta, si está cometiendo agravios a discreción suya, desde su cargo oficial (en el ejército, en la policía, en el tren burocrático...): ¿Por qué se me permite hacer estos agravios al público, o hacer estos actos de corruptelas a la administración del Estado? La respuesta es harto sencilla. Se le permite su desmesura en el cargo, o se le permite que se corrompa como funcionario, porque al hacerlo, por un lado, eso lo compromete cada vez más con el tipo de gobierno implantado, y por otro lado, siendo este lado el determinante, en la medida en que usted como funcionario se vaya corrompiendo, en esa misma medida usted con su corrupción de subalterno, digamos, "pequeña", irá justificando (o naturalizando) la corrupción que en grande ocurre en las altas esferas del Poder alcahuete.
Ahora, claro, esta pregunta no se la puede hacer nadie incurso en actos dolosos, porque una de las cosas buenas que el Mal (eterno) le garantiza a las criaturas que le prestan sus servicios, es que como agradecimiento, les abole la consciencia y les debilita la facultad de recordar la maldad que están ejecutando.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
Magíster en Gerencia UNET
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