EL EMOTICÓN POR EL EMOTICÓN MISMO
Las limitaciones de mi lenguaje son las limitaciones de mi mundo.
LUDWIG WITTGENSTEIN
Tengo una amiga que uno de sus contactos personales de WhatsApp en algunas ocasiones cierra sus mensajes de respuesta a lo que la amiga le envía con unos emoticones que ella no entiende.
Me cuenta la amiga que en el último chat que sostuvo con el contacto se atrevió a preguntarle que qué significaban sus emoticones porqué no los entendía. La respuesta la dejo pensativa ya que fue más extraña que los emoticones que el contacto usa para cerrar sus mensajes.
La respuesta fue hasta simplona. Le dice que el tampoco lo sabe. Que lo que hace es seleccionar el primero que encuentra en el repertorio y lo envía. Le completó la respuesta diciéndole que no importa qué emoticón se envíe, pues el mensaje no es el emoticón enviado sino que al enviarle uno, le quiere decir que ella se merece un emoticón, cualquiera este sea.
En cierta forma me recordó esa gran obra comunicológica de Marshall Mcluhan "El medio es el mensaje", cuyo principal aporte consiste en que debemos tomar los Medios (tv, radio, prensa, cine, móvil, computador, ropa, calzados, ascensores...) no como meros instrumentos prácticos usables, sino como portadores en sí mismos de sus propios mensajes. Mensajes que incluso son más importantes que los propios mensajes que portamos y aportamos nosotros, los seres humanos mediatizados por los Medios.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
No hay comentarios:
Publicar un comentario