REFLEXIVAS (XII)

 


REFLEXIVAS (XII)


Como habitúo para esta sección, traigo citas de pensadores de cosas humanas y las coloco entre comillas. 
Lo mío, desde luego, no lleva comillas.

La Ley de Murphy II tiene su manera peculiar de manejar el "Sólo sé que no sé nada" socrático. Esto aparece en el rubro Periciología Avanzada en el propósito humanístico, supongo, de advertir a la gente involucrada en la esferas de las exigencias corporativas de cara a la excelencia, de lo que es un experto. Mire lo que advierte:

"Un experto es aquel que sabe más y más sobre menos hasta que sabe absolutamente todo acerca de nada".

* Hay exceso en el uso del término Poder, pero aportes válidos que expliciten qué es eso, son muy pocos, debido a que, entre otras excusas, el Poder en su rango de guiador de un sistema de vida, no tiene interés en que el componente humano que guía, sea enterado qué es.

Jean Baudillard, teórico social francés ya fallecido, nos legó esta idea acerca del Poder en la obra Crítica de la economía política del signo:

"...el poder es de aquel que puede dar y a quien no puede serle devuelto". 

Por ejemplo, concebir un Dios Todopoderoso es concebir un Ser que da y no se le puede dar nada porque como Dios no tiene necesidad alguna. O sea, Él posee lo que necesita para ser lo que Es. Ninguna criatura fuera de Él tiene que preocuparse para devolverle algo porque nada suyo le hace falta para proseguir el contínuum de su rol de Todopoderoso. Si Dios tuviere tan solo alguna necesidad (necesidad tipo humana), le serviría a la gente para vulnerarlo, mas no dándose esta posibilidad, Dios sigue siendo El que es, y el Hombre el que no es. Y como no es cada noche se acuesta con más necesidades con las que amaneció. Así el asunto, el Poder surge cuando no hay necesidad de que se le devuelva a uno en un intercambio, lo que uno dio.

Al Hombre, rotundiza Baudrillard, "... no le queda más que la pobre libertad de recibir...".


* Lo tétrico o lo macabro no viene, por lo general, de la naturaleza humana de quien dice tetricidades o macabrosidades. Estas esencias antes por el contrario, provienen como consecuencia lógica de la percatación que posee quien dice macabrosidades. Es decir, no es que alguien sea macabro, o tétrico, o siniestro, sino que ese alguien exterioriza en ideas y en pensares lo que percibe o abstrae de lo que hace una persona o muchas personas.

Pongo tres casos para aspirar a que esto se me entienda.

Hay personas que a diario se esfuerzan por ser ricas, pero puede haber un presenciador que hilando fino su observación, cae en cuenta que los esfuerzos que hace la gente que quiere ser rica, más bien la conduce a ser más pobre.

Este siguiente segundo caso ilustra al primero. Venezuela con el advenimiento de la economía petrolera tuvo ingentes ingresos financieros por tal concepto. Sin embargo, según transcurrían los lustros y las décadas, Venezuela se iba haciendo más pobre, al extremo que un observador desapasionado llamado J. P. Pérez Alfonso, antes de irse del país, le advirtió en un útil libro a los venezolanos ahogados por el dinero derivado de la economía petrolera, que se estaban revolcando en el "excremento del Diablo". Y pese a la advertencia, el feliz revolcamiento en donde los venezolanos no estaban juntos sino revueltos, se extendió a lo largo del tiempo histórico.

El último caso ilustrado está en marcha. Es relativo a los oposicionistas al chavismo en el Poder político-institucional. Sin duda los oposicionistas no le hubieren creído a alguien que les hubiese dicho cuando comenzaron sus ataques contra el chavismo en 1999 que todo lo que estaban haciendo y lo que iban a hacer para alcanzar el Poder en vez de acercarlos al Poder los estaba alejando, no le hubieran creído.

De manera tal que lo áspero de lo macabro no se encuentra anidado en ninguna palabra ni en ningún decir. Lo macabro, lo tétrico, o lo siniestro, se funda desde el mismo momento en que iniciamos un esfuerzo para recorrer un camino, el cual nos conducirá en el cinismo de la vida ciega, a ir hacia atrás bajo la sensación total de que vamos hacia adelante.

* Milan Kundera, quien abandonó la vida en el universo el martes 11 de julio del 2023, hizo extremados intentos literarios para ayudarnos a despertar. Y no es que él estuviera despierto -ojalá que sí- pero también de la propia condición de durmiente una persona puede hacernos ver que estamos igual (o peor) que él en el sueño colectivo que participamos como humanidad, como "pobre humanidad" diría un hostigante.

En una de sus grandes narraciones (La insoportable levedad del ser) el escritor en su papel de narrador pone en la cabeza de la personaje protagónica (Teresa) esta clave solemne: "Todas las cosas y las personas aparecen disfrazadas". Con esto Kundera nos pudiera estar tocando la tecla, no de la desconfianza. La clave tocada pudiera estar por el orden de la invitación a que cada vez que algo o alguien advenga hacia nosotros, no nos queda otra que ponernos a indagar técnicamente para que aunque el disfraz no se le quite a la cosa o a la persona, por lo menos sepamos con que disfraz tenemos que lidear.

Pudiera en la indagación llevarnos a la resolución de que es mejor tratar al disfraz que aquello que el disfraz de la cosa o de la persona, tapa o disimula.

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Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET

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