REFLEXIVAS (XI)
Humillarse, desde una posición lógica de elevar el Ser de uno, debemos tomarlo como un acto o una actitud opuesta a humildizarse. A alcanzar la humildad y no la humillación implícita en la actitud o el acto de humillarse.
Como no hay en el idioma español el verbo reflexivo "Humildizarse" sino "Humillar" o "Humillarse", se (nos) hace dificultoso percibir el sentido opuesto que se busca cuando nos humillamos ante alguien o humillamos a alguien.
De suerte que si una persona, por esfuerzos espirituales y psicológicos, detenta en su haber grados aceptables de "Humildad" para con los demás, bajo ningún respecto en la lógica del crecimiento de su Ser, significa que por ello está propenso a que se le humille.
Tajantemente, pues, a una persona humilde dentro de la solidez de una "Humildad" bien construida y bien diseñada, humanísticamentehablando, no se le humilla fácilmente. La humillará quien pueda, no quien quiera. Mientras que por el lado de la gente humillada, humillarse ante los demás, de tanto hacerlo, el humillamiento se va constituyendo como un esquema estructurado de conducta particular.
Que lo anterior expuesto sirva para poder asimilar en algo o en mucho, una idea expuesta por don Miguel de Unamuno (1864-1936) acerca de la humildad, idea que si no tenemos una visualización ampliada sobre la "Humillación" y "Lo humilde", podría parecer, y con razón, incoherente.
Léela, por favor:
"Humildad rebuscada no es humilde, y lo más verdaderamente humilde en quien se crea superior a otros es confesarlo, y si por ello le motejan de soberbio, sobrellevarlo tranquilamente".
Esto de don Miguel de Unamuno me remite a la conducta "Humilde" de Jesús el Cristo frente a sus más allegados discípulos. Él les confesó que Él era el Mesías que estaban esperando desde siglos. En otras palabras, Jesús les confesó que no era otro profeta más, sino que como "El elegido" en su Ser portaba superioridad ante ellos y ante los demás profetas. Tras confesarlo, se siguió conduciendo como si nada, apoyado solo en la "Humildad" propia de los seres superiores.
De cierto reconozco que gracias al aporte de este gran filósofo español, derivada del "sentimiento trágico de la vida", me puedo manejar con cierta propiedad ante la "gente humillada" y la poca "gente humilde" que todavía hay por ahí.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
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