EL INFORTUNIO DEL HABLA
La Lengua es un código del orden social.
El habla, por su parte, es un uso individual de la Lengua.
FERDINAND DE SAUSSURE
"Mamá", "mami", "mamita", o "papá", "papi", "papito", son palabras que suenan bien al oído, pero no se dicen con cariño a los progenitores, sino que son los progenitores, los que en situaciones muy específicas, cuando se trata de instruir a sus hijos, o cuando se les pide que hagan un favor o que hagan caso en algo, dicen algunas de esas bellas palabras, con una intencionalidad de ruego, bajo el supuesto de que con esas palabras ("papi", "mamita"...) dichas en modo de ruego, el muchacho remolón o la niñita respondona, se digne en hacer lo que les solicita el vencido progenitor.
Ahora, en cuestiones de trato, parecerá mentira, los muchachos (y adultos jóvenes, inclusive) responden mejor al trato proveniente de sus congéneres, que a través de palabras que antes eran estimadas ofensivas (por ejemplo, "zorra", "perra", "cloaca" -hay en el repertorio, peores-.), logran en un contexto de horripilancia verbal, cuadrar afectivamente entre ellos, mientras que las palabras afectiva de los progenitores, por carecer de un contexto de autoridad, lo que logran es que esos "papitos", "papas", "mamis" y "mamitas", se distorsionen tanto en sus roles como en sus afectos, haciéndose más engreídos ante sus padres (sean éstos padres homos o padres heteros).
Por último, pertenece a las psicologías profundas el fenómeno de que un papá le diga "papá" a su hijo. Aunque no se quiera aceptar, esta inversión lograda mediante el lenguaje, generará a su vez, en alguna proporción y modo, que la figura del adulto luzca ante la descendencia, deslucida y menoscabada.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
Magíster en Gerencia UNET
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