LA EGO-POLÍTICA

 



LA EGO-POLÍTICA


"El ego es invisible y, sin embargo, es uno de los órganos del cuerpo".
OSCAR PECH (Ego sano, Portal Familias.com)


I

Trataré el Tema de la egología en Política con base a la práctica de los políticos venezolanos, quienes por haber descendido a las honduras de los fangos de los lastres humanos, ya que en vez de hacer elevada "vida política" lo que hacen es mera "vida pasional", se les puede llamar desde politicastros hasta politiqueros. Alguien inventor de términos melifluos, observando la conductas de la generalidad de ellos, los llama, con cierta delicadeza lingüística, "politiquitos". A veces dice con cierto cariño: "nuestros politiquitos". Por mi parte, debido a la falta de inteligencia política, por carecer de un mínimo aceptable de seriedad profesional, y sobre todo, por estar desprovistos de la menor voluntad pragmática de Poder, a esos señores les profeso la más completa indiferencia. Y me intereso en lo que hacen y hablan por la sencilla razón expuesta por el dramaturgo antiguo Terencio que reza: "Soy hombre... Nada humano me es ajeno".


II

Para que una persona -y esto fue presenciado en candidatos opositores en la elecciones 21N venezolanas- que no haya hecho trabajo social en su comunidad, que carece de una maquinaria político-electoral bien lubricada y puesta en acción, que sólo tiene una cuñita proselitista por tv y la cual es pasada una que otra vez, se lance como candidato a un puesto público creyendo que tiene opción de ganar, se requiere que esté su comportamiento soportado en un desmedido ego. Nada más por el imperio del ego podemos explicarnos la conducta efectivizada por Rafael Caldera cuando en 1999 no le quiso colocar como presidente saliente la banda presidencial al presidente entrante. Sólo alguien con un ego inflado es capaz de autoproclamarse presidente de un país, como fueron los casos en sus respectivos momentos de P. Carmona Estanga y de Juan Guaidó. Podrían citarse más ejemplos mas no son necesarios, puesto que lo que deseo destacar es que debido a fenomenología egológica mostrada fehacientemente y sin cansancio por los dirigentes opositores venezolanos, el oficialismo tiene en ellos un terreno fácil (facilito) para abonar cualquier estrategia manipulatoria de sus egos. Tanto es la fuerza egológica imperante en el endo-hábitat de cada alma de los dirigentes oposicionistas, que les imposibilita reunirse entre ellos porque seria horrible estar enfrente o de lado en una mesa con semejantes egos indigeribles. Más bien, quizás buscando relax, los opositores prefieren codearse con los egos de los representantes del oficialismo. De seguro les resultan más tolerables.


III

No he tocado al oficialismo (madurista-chavista) porque la temática del ego tiene por fondo la problemática política instalada sistémicamente en Venezuela. Y en esa problemática "el asunto es la oposición" (frase dicha por Kiko Bautista en abierta conversación con Rafael Arráiz Lucca en el Kikosis del 25/11/21) y no el gobierno.
Este gobierno como cualquier otro gobierno, tiene sus planes y sus paradigmas ideológicos que aplicarle al país. Y por provenir esos planes de inspiraciones izquierdista un tanto fidelistas, sandinistas y soviéticas, más el agregado bolivariano, la oposición debió tener en cuenta que cuando esta tipología de políticos acceden al Poder, en algún grado y en alguna forma los políticos del PSUV, siendo de esa tendencia, se aproximarán a la idea-norma de todos los partidos de izquierda, que no es otra que esta: "El Poder cuesta mucho conseguirlo. Y una vez conseguido se ejerce y no se comparte". Bajo esa luz, la gente de izquierda en el Poder por propia lógica tenderá a perpetuarse en el mando del país en donde le toque cumplir funciones de equipo gobernante. Al no tomar en cuenta los dirigentes opositores la estructura ideológica de este precepto, que obliga al pensamiento izquierdista a ser asertivo, a visionar estratégicamente las coyunturas, a no fallar en los cálculos político-electorales, objetivaron un desempeño en donde los espontaneismos, las emotividades y las ingenuidades inherentes a egos enfermos, cobraron un peso inusitado. Este peso se convirtió en la carga karmática que en lo extenso de más de 20 años no se ha podido quitar el sector oposicionista. 
Si este sector opositor no se pone las pilas, si continúa jugando a los muñequitos en vez de enseriarse, el peso de la carga karmática cada vez se hará más pesado, y a la larga terminará hundiéndolo con ego y todo.

Ílmer Montana.

Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET 


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