PASEOS EN EL REPOSO
Lo horrible está en lo inesperado. En lo no entendible. En eso que nos sobreviene, de repente, descargando en nosotros un alto voltaje de sorpresas negativas.
En la medida que lo horrible se va rutinizando va dejando de serlo.
En conglomerados humanos que no tienen servicios básicos y que sus sistemas económicos han sucumbido ante las horripilancias políticas de gobernantes poco sesudos en eso de hacer elevar las producciones materiales, fenómenos tan poco frecuentes como las pandemias de largo alcance, tienden a sobredañar sus aparatos mentales más que en aquellos conglomerados humanos donde por lo menos se puede estar en el hogar con agrado porque no faltan los servicios básicos.
No obstante si se prolongaran los tiempos de la actual pandemia, hay que tomar en consideración que aparatos mentales golpeados por cansancios extremos, por atosigamientos emocionales desmesurados, por excesos o carencia de realidades coherentes mínimas, pueden generar, primero subrepticiamente, y luego de modo explícito, cuadros de ilusionismos, de delirios, de alucinaciones y fantasmagorías, los cuales por ser eventos pandemoniales no comprensibles, vendrían a agravar en peor grado lo que la horripilancia pandémica hasta ahora, ya ha venido haciendo.
Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET
Magíster en Gerencia UNET
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