EL PRINCIPIO ABSOLUTO DE LA TERMOPOBREZA

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EL PRINCIPIO ABSOLUTO DE LA TERMOPOBREZA

"El más grande de los males, y el peor de los crímenes, es la pobreza".
BERNARD SHAW.

Parafraseando al Evangelio:

Dejad que los pobres entierren a los pobres.

El sacerdote Alejandro Moreno, psicólogo y doctor en Ciencias Sociales, fallecido en 2019, refiriéndose a los pobres, y valga notificar que él escogió la vida humilde, pronunció por televisión este enunciado:

"En una sociedad pobremente organizada el pobre es mucho más pobre".
En ese mismo contexto alguien que lo oyó, dijo:

"El meollo de los pobres reside es que cuando los que se les acercan por algún interés, se les acercan es para llevarles más pobrezas de las que tienen".

Tal fenómeno justamente ocurre en los territorios que por tener gobernantes pobres igual que sus gobernados, no alcanzan a despegar hacia destinos de progreso espiritual y de desarrollo económico-social.

Sólo en territorios empobrecidos se les permite a las personas pobres vivir en tugurios, en caramancheles o ranchejos, ubicados debajo de los viaductos y puentes, al borde de ríos y quebradas, encima de cerros o en los extremos últimos de las grandes ciudades. Eso por un lado. Por el lado de los políticos, independientemente de que estén en el gobierno o estén en la oposición, cuando los visitan, en vez de presentarles proyectos de trabajo y planes urbanizacionales, en la perspectiva de que abandonen las condiciones socioeconómicas marginadoras, lo que hacen, buscando siempre beneficios electorales, es ofrecerles -a veces les cumplen- ladrillos, sacos de cemento, hojas de zinc, etcétera, para que los necesitantes parapeteen en algo las barracas donde se alojan. Expresando esto en otras palabras, la masa de pobreza material recluida en los hábitats empobrecidos, atrae la masa de pobreza espiritual que los politicos empobrecedores portan consigo, consiguiendo con este tipo de acciones una completud patológica de sus precarias existencias terrenales.

En esa línea de existencia se nota que cada vez los porcentajes de pobres en la tierra aumentan exponencialmente debido, y esto es de máxima horripilancia, a que los pobres están gobernados por otros pobres, ocurriendo así algo semejante a esas realidades mágicas en las que los ciegos enceguecidos de toda ceguedad, les extienden llenos de confianza sus manos a otros ciegos para que estos los guíen... a ninguna parte.


Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET

REFLEXIVAS (XV)

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REFLEXIVAS (XV)

Enseguida le expondré pensamientos e ideas con comentarios previos. Lo de mi propio pensar lo identificaré, como debe hacerse, no poniéndole comillas.

● Entiendo en algún grado la idea de "autoridad efectiva" manejada por el psicoanalista belga Paul Verhaeghe porque una señora costurera para que una gigantesca perra siberiana que tiene, evitando a que se meta a su taller de costurería, y le tumbe y le desordene sus cosas para trabajar, como lo ha hecho en algunas ocasiones, le muestra una pequeña reglita multicolórica. Con solo mostrársela amenazantemente, la corpulenta animal corre espantada hacia un lugar donde la reglita no la alcance. Sorprendido le dije la vez que vi asustada a la perra de Siberia con la reglita, que cómo era posible que semejante perra se asustara con tan pequeño objeto. La señora me confesó el secreto, aclarándome:

"Sólo se lo muestro. El día que cometa el error de pasar de la amenaza a los hechos, hasta ahí termina el respeto que le tiene a la reglita o a las coloraciones brillantes que de la reglita salen".

Lejano a ese tipo de experiencias hogareñas, supongo yo, el psicoanalista Verhaeghe asume conceptualmente la Autoridad de esta manera:

"No se tiene autoridad sino a condición de no hacer uso de su poder".

●● Se nos ha tornado perentorio dentro de una vida signada por fenómenos maravillosos como la hiper-realidad, la realidad ingenua, la realidad sucia, la post-verdad, "la era del vacío", "el imperio de lo efímero", etc. asumir con alguna seriedad, o con la posible seriedad que podamos tener a nuestro alcance, el asunto de la realidad y de lo real, porque si no se asume con el debido tiempo, el asunto de la realidad y de lo real con la transcurrencia de éste, del tiempo, cada vez será más cercano en tanto asunto, a los asuntos ambiguos, etéreos y sobre todo, abstrusos -o sea, recónditos.

Ya estamos advertidos por el mismo Albert Einstein cuando socarronamente dice acerca de la realidad:

"La realidad es una ilusión... Aunque más persistente".

Y es más persistente que otras ilusiones pues estas casi desaparecen apenas aparecen. Sus brevísimas presencias se desfiguran en la nada porque la lógica cerebral las rechaza de inmediato. Pero si un cerebro fue, en su evolutiva, configurándose con delineaciones estructuradas de acuerdo a unas imágenes tomadas como "reales", muy difícilmente el sujeto portador del cerebro caerá en cuenta de que eso que él llama "real", nada más es una ilusión entre otras.

Mire lo afirmado por Edgar Morin:

"La Biología del conocimiento nos muestra que no hay ningún dispositivo, en el cerebro humano, que permita distinguir la percepción de la alucinación, lo real de lo imaginario".
Al respecto, buscando puntualizar el asunto de la realidad, la socióloga venezolana María Sol Pérez Schael cita en una obra suya acerca del petróleo y la cultura a Rupert Riedl (libro Biología del conocimiento). Observa Riedl:

"La realidad es, como nos la muestra la psicología social, una construcción social y cada sociedad determina qué es verdadero en su realidad".

De modo que si usted quisiera vivir prevenido frente a un mundo que no existe sino en las construcciones lógicas de los que diseñan y establecen, mediante el Poder que poseen, lo que es real, simbólico e imaginario, debe buscar, según sus medios, aportaciones humanístico-científicas, en teorías y en métodos, direccionadas a arrojar luces sobre tan engorroso asunto.

●●● La Caja de Pandora y Pandora misma, en la mitología gozan de variadas versiones. Yo tomo la versión que imprimió el Diccionario enciclopédico Larousse de 1992. Ahí se dice que la Caja de Pandora (en otra versión es una vasija) contenía todos los males, y su esposo, Epimeteo, hermano de Prometeo, cometió la imprudencia de abrirla, y dándose cuenta que los males se esparcían, uno de los dos -la versión no aclara pero qué importa- pudo cerrar la caja quedando resguardada en el fondo la Esperanza, la cual, en otras versiones, es un bien de los tantos que convivían encajonados con los males.

Independientemente de lo que sea la Esperanza, en tanto tal sirve para atrapar a una situación física o espiritual adversa, a las personas involucradas, quienes incluso más allá de lo último, se aferran a la Esperanza. O mejor dicho, como esperanzarse es una actitud muchas veces sin soportes reales, la gente sufriente por la situación adversa, se aferra a una Esperanza, cualquiera sea. Frecuentemente la Esperanza, se cree, se espera, que provendrá de lo inesperado o de un evento imprevisto sobrevenido.

Hoy en la tierra con tantos males y bienes que se interactúan y se intercondicionan entre sí, al extremo que los males son vistos y tomados como males y los males, no quedándose atrás, son vistos y tomados como bienes, parece que los humanos discurren sus existencias en una Caja de Pandora. Ahí en esa enorme caja cuando muere una Esperanza (siendo un mal o siendo un bien), nace otra Esperanza, y así. El mundo humano en su Caja, sin caer en excesividades, se le puede estimar como un mundo cautivo en Esperanzas sucedáneas.

Ílmer Montana.
Pregrado en Literatura ULA y
Magíster en Gerencia UNET